martes, 21 de abril de 2009

LA MONTAÑA DE FUEGO (EL CUENTO DE OSCAR)


Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de pruebas que superar para llegar a la cámara del tesoro. Llegué a la primera puerta. Delante había un guerrero de madera de pino que tenía el pelo de hojas perennes y el cinturón igual que el pelo, un puñado de hojas perennes y caducas. Yo le dije:
―¿Cómo puedo pasar?
No me respondió, pero yo me acordé de que era “La Sombra” y pasé de puntillas. Abrí la puerta y detrás me encontré una segunda puerta. Esto era peor, delante de la puerta había dos escorpiones, uno a la izquierda y otro a la derecha. Uno era verde con un ojo saltón y el otro era azul con dos cabezas. ¡¡Eran súper-venenosos!! Yo me convertí en una pelota y salté muy, muy alto. Abrí la puerta y me encontré con una tercera puerta, pero delante había un agujero negro y encima del agujero había un abejorro volador. Yo me teletransporté al otro lado del agujero y otra vez me volví a transportar a la siguiente puerta. Abrí la puerta y me encontré con una cadena de música en medio de la puerta y sonaba una música que me adormecía y pensé:
“¡Gur,! ¿Cómo puedo pasar? ¡Gur!”
Me cogí una cuerda de la mochila, me la até a un pie, salté hacia abajo, al fuego, cogí un puñado de fuego y volví a subir, me desaté el nudo, guardé la cuerda en la mochila y tiro el fuego a la cadena de música. Así pasé sin dormirme y detrás de esa puerta había otra. Era la quinta puerta y había un rebaño de cabras en una esquina riéndose de mi aspecto. Yo tenía que hacerlas llorar para que me dejaran pasar. Les dije que sus familiares habían muerto y se pusieron a llorar. Abrí la puerta y creía que estaba en la cámara del tesoro, pero me equivoqué. Había un pasillo que se iba estrechando y entonces fui corriendo a todo gas y superé el pasillo. Abrí la puerta de la cámara del tesoro y cogí: LA GRAN ESMERALDA MASTER AZUL.

OSCAR 4º B

HACIA EL TESORO (CUENTO DE ALBA)


Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de pruebas que superar para llegar a la cámara del tesoro. Estaba delante de la primera puerta. Había un guerrero gigantesco de madera con un casco de pinchos, era muy ancho, con el pelo largo, unos ojos de madera y los pies extragrandes. Yo pensé un rato. Me acordé que era maga y con la magia de las manos di un chasquido y me hice más grande que él. Él se asustó y se fue corriendo y yo, con otro chasquido, me volví a mi tamaño. Atravesé la puerta y me encontré en un pasillo oscuro, pero vi un interruptor y lo encendí, entonces vi la segunda puerta y a los dos escorpiones que había delante. Los escorpiones tenían la cola muy larga, eran azules y muy venenosos. No sabía qué hacer así que pensé y pensé. Me acordé de mi varita mágica de maga y la saqué. Me convertí en uno de ellos y hablando y hablando, me convertí en su mejor amiga y me dejaron pasar. Detrás de la puerta había otro pasillo más grande y mucho más oscuro que el anterior. En una pared había una antorcha, la cogí y la encendí y entonces vi la tercera puerta. Yo estaba mirando al suelo para no caerme y vi unos pies muy grandes. Subí y subí la antorcha y lo que vi era un gigante terrible, serio y fuerte de color negro. Me impresioné al verlo, pero con este conjuro: “pequeñitos mas teorus” me convertí en más pequeña que él y pasé entre sus piernas y atravesé la puerta. Llegué a otro pasillo y se oía una música que me adormilaba. Cogí un micrófono, puse los altavoces a tope y me puse a cantar. Yo cantaba más fuerte que la otra música y no la oía y pude pasar tranquila por la puerta. Al pasar vi algo terrible. La quinta puerta era invisible pero delante había un agujero negro muy hondo. Con mi varita hice aparecer la puerta y después con un conjuro: “desaparezaron agujorum” hice desaparecer el agujero negro. Pasé por la puerta pero todo estaba muy oscuro. De repente veo algo que brilla. Era oro y muchas monedas. Estaba en la cámara del tesoro y con todo lo que se quiera, real o fantástico pero solo puedo elegir una cosa y elijo: SER INMORTAL.
Ya tengo lo que quiero ¡Bien!

ALBA4º B

domingo, 19 de abril de 2009

EL CUENTO DE LAURA


Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de pruebas por superar para llegar a la cámara del tesoro.
Estoy delante de la primera puerta y veo que hay un gigante de madera. El gigante tenía un casco de metal y un escudo de diamantes. Era tan grande que casi no cabía por la puerta. ¿Cómo lograré pasar por ella? Pensé y pensé hasta que me hice invisible y pasé de puntillas.
¡Bien, he pasado!
Pero mi alegría no duró mucho, vi la segunda puerta en la que estaban dos escorpiones venenosos que tenían un aguijón muy grande, un color negro como la noche y los ojos rojos. ¿Cómo pasaré? Pensé y pensé hasta que decidí convertirme en uno de ellos y negociar.
¡Genial, he pasado.
Veo la tercera puerta. ¡Oh, qué cansado estoy! Delante de la tercera puerta estaba un monstruo terrible, pero eso no era lo peor. Detrás del monstruo había un agujero negro. Primero derroté al gigante convirtiéndome en uno más grande que él y el agujero utilizando magia de mi varita haciendo un puente que pase por él.
¡Estupendo!
En la cuarta puerta oigo una música que me adormece. ¿Cómo pasaré? De repente me acuerdo que tengo un mp3. Me lo pongo y lo he hecho.
¡He superado las pruebas!
Estoy dentro de la cámara del tesoro pero… ¿Qué decidiré? Ya lo tengo: SER INMORTAL JUNTO A MI FAMILIA.

LAURA 4ºB

EL CUENTO DE RUTH


Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de pruebas que superar para llegar a la cámara del tesoro.
Delante de la primera puerta había un guerrero gigante de madera y no podía pasar, entonces me di cuenta de que era un fantasma y la atravesé. Fui a por la segunda puerta. La vi, estaba allí delante de mí. Había dos escorpiones medianos, negros y con ojos azules. Junto a una pared de piedra vi un baúl, lo abrí y allí había polvos mágicos. Los cogí y me convertí en un saltamontes gigantesco y los salté sin dificultad. Atravesé un pasillo y llegué a la tercera puerta. Esta puerta era más difícil que las dos que había superado. En ella vi al monstruo más serio y fuerte del mundo. El monstruo era de arena y para pasarlo me convertí en un monstruo muy grande, más que él. Le empujé y me sirvió de puente para atravesar el agujero negro que había detrás y me dije: “Dos pájaros de un tiro”.
Seguí andando y me encontré otra puerta más, ya solo me quedaban dos puertas para llegar a la cámara del tesoro.
Poco a poco me voy acercando a la puerta, pero suena una música que me adormece, entonces vi una puerta a la derecha y paso para ver qué hay dentro y veo el tocadiscos de donde sale la música pero no sé como pararlo. Lo que hice fue bajar el volumen un poco y me puse a pensar en otra cosa que no fuera la música y así no me dormiría, pero no funcionaba. A mi izquierda me encuentro unos cascos me los pongo y oigo la radio, entonces ya podía pasar sin oír la música.
Por fin estaba ahí. Lo había conseguido. Era la cámara del tesoro. En ella podías pedir solo un deseo así que tuve tiempo para pensármelo. A ver qué podía pedir…
―Deseo que me concedas un deseo: QUIERO QUE MI MEJOR AMIGA, ARIADNA, QUE LLEVAMOS SIENDO AMIGAS DESDE QUE NOS CONOCIMOS EN EL HOSPITAL CUANDO NACIMOS HASTA AHORA, QUIERO QUE NUESTRA AMISTAD DURE HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE.


RUTH 4ºB

EL CUENTO DE MARINA


Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedan un montón de pruebas que superar para llegar a la cámara del tesoro.
Estaba delante de la primera puerta y había un guerrero gigantesco, tenía los ojos hinchados, lunares de colores, la cara la tenía marrón y el cuerpo muy extraño. El gigante era de madera y tan grande como la puerta. No me dejaba pasar pero no me daba miedo. Le canto una nana y se durmió, así pude pasar la primera puerta. Atravesé un pasillo oscuro y me encontré con la segunda puerta. Delante de ella había dos escorpiones venenosos. Eran muy astutos, pero yo les bailé unas sevillanas, ellos se dieron la vuelta para mirarme y entonces aproveché y pase con mucho cuidado. Atravesé la puerta y me encontré en un castillo de lujo, lo atravesé y entonces vi a un monstruo terrible que estaba delante de la tercera puerta. Le dije que tenía magia y eso le dio miedo y me dejó pasar, pero detrás había un agujero negro que se lo traga todo. Del bolsillo me saqué una piedra pequena y digo las palabras mágicas:
―¡CHARRAPÚ, CHARRAPÚ!
Entonces la piedra se hizo grande y la meto en el agujero negro, lo tapo y paso por encima de la piedra. Vi una tabla de madera que hacía de puente y paso por ella y a lo lejos suena una música que me adormece. No puedo dormirme así que voy diciendo las tablas de multiplicar muy concentrada y no oigo la música y por fin llego a la cámara del tesoro. Allí había todo lo que quisieras, pero yo pedí: TENER UNA FAMILIA TODA LA VIDA.

MARINA 4ºB

CUENTO DE LA NOCHE MIL DOS


Por fin estaba delante de la montaña de fuego y me quedaban un montón de pruebas que superar para llegar a la cámara del tesoro. Yo tengo poderes y me convierto en muchas cosas.
En la primera puerta hay un guerrero gigantesco de madera pero yo me convertí en arena y pasé por debajo de sus pies sin que se diera cuenta.
Llegué a la segunda puerta y allí hay dos escorpiones venenosos, me convierto otra vez en arena y se la echo encima y las cubro así puedo cortarles el pincho y puedo llegar a la tercera puerta.
Delante de la puerta está el monstruo más serio y más terrible del mundo. Me convierto en un gigante tan grande que llega a la luna. Salto la puerta y paso. Pero resulta que detrás de la puerta había un agujero negro y como soy gigante me agarro de la luna y me balanceo en ella y salto al otro lado.
Me voy acercando a la siguiente puerta, pero hay una música muy alta que me adormece, pero yo no la escucho y no me duermo.
En la última puerta hay un rebaño riendo a carcajadas, y les digo cosas para que rían más y entonces de la risa que les da se echan a llorar y paso.
Ya estoy en la cámara del tesoro y oigo una voz que dice:
-Tu atrevimiento te ha permitido superar todas las puertas, puedes elegir lo que quieras.
Pero aún no he decidido y sigo pensando.

EL CUENTO DE IVAN


Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de pruebas que superar para llegar a la cámara del tesoro.
En la primera puerta había un guerrero gigantesco de madera. No sabía cómo pasar. Me acordé de que era invisible y pase con mucho cuidado.
En la segunda puerta me encontré dos escorpiones muy venenosos. Decidí que me iba a hacer un escorpión más grande que ellos para que me dejaran pasar.
En la tercera puerta había un monstruo muy fuerte y muy serio. No podía pasar. Me hago invisible y paso muy despacio a la siguiente puerta.
Cuando llegué a la siguiente puerta, resultó ser una puerta trampa. Había un agujero negro que se tragaba todo, entonces me convertí en un agujero negro más grande y me lo tragué yo a él.
En la cuarta puerta, al acercarme, sonaba una música que me adormecía poco a poco. Puse un equipo de música más grande y una canción diferente para que no se oyera la otra.

IVAN 4ºB

CUENTO DE ANA

Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de pruebas que superar para llegar a la cámara del tesoro.
Estaba delante de la primera puerta y había un guerrero gigantesco que tenía todo el cuerpo de pinchos con lunares negros. Yo no sabía cómo pasar hasta que pensé mucho y me acordé de que era un fantasma muy silencioso y como no me veía pude atravesar la puerta. Cuando conseguí pasar la puerta, me di cuenta de que estaba en un pasillo muy oscuro. De repente se encendió una luz y me di cuenta de que ahí estaba la segunda puerta. Delante de la puerta había dos escorpiones venenosos. Eran muy astutos. Yo no sabía cómo pasar, entonces convertí a los escorpiones en estrellas y subieron al cielo. Cuando conseguí pasar la segunda puerta me encontré otra más, era ya la tercera puerta. Delante de ella estaba el monstruo más terrible, más serio y más fuerte del mundo. Lo único que se me ocurrió fue convertirme en una niña diminuta y conseguí pasar. Según me acercaba a la cuarta puerta, una música me adormecía y me impedía seguir adelante. Busqué una solución: me puse unos cascos con una música muy marchosa, cogí fuerzas y continué hasta la quinta puerta. ¡Qué sorpresa! Un rebaño de ovejas riéndose a carcajadas. No me dejaban pasar a la siguiente puerta si no las hacía llorar. Con un par de cebollas tengo la solución, pensé
Por fin llegué a la cámara del tesoro y allí puedo elegir lo que yo quiera y yo lo tenía muy claro: QUE NO EXISTIERAN LAS ENFERMEDADES.

ANA- 4ºB

LA MONTAÑA DE FUEGO (EL CUENTO DE JAIME)

Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de pruebas que superar para llegar a la cámara del tesoro.
Estaba delante de la primera puerta y había un gigantesco guerrero de madera con un gran casco y un escudo de carbón. Estuve pensando y vi que se movía. Le eché un poco de agua y le salieron raíces. Pasé a la siguiente puerta. Allí había dos escorpiones con una armadura de bronce y me acordé de que tenía el poder de hacer dobles. Me hice un doble. Los escorpiones vieron a mi doble y se fueron corriendo detrás de él y yo pasé a la siguiente puerta. Había una música que me dormía poco a poco y me acordé de que tenía “superfuerza” me fui corriendo a una cocina de gigantes y cogí dos sartenes gigantes y fui golpeándolas hasta que pasé a la siguiente puerta.
En la quinta puerta había unas ovejas y me dijo una de ellas:
―No te dejaremos pasar hasta que nos hagas llorar.
Tuve una gran idea que consistía en ir a la casa de los gigantes y coger una tele gigante y les puse un video muy triste y las ovejas se pusieron a lloran enseguida.
Por fin llegué a la cámara del tesoro. Había un montón de riquezas y podía pedir lo que quisiera y lo que pedí fue: NO CRECER JAMÁS PERO SER SUPER-REQUETE-LISTO.
JAIME 4ºB

EL CUENTO DE ARIANNA

Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de pruebas que superar para llegar a la cámara del tesoro.

Fui corriendo a por la primera puerta pero me encuentro a un guerrero gigante que tenía un montón de piedras doradas en el casco, unos ojos rojos y las manos flexibles. Para derrotarlo le echo unos polvos mágicos para cambiarle los ojos y pasé. Fui a por la segunda puerta. Me encontré dos escorpiones venenosos que tenían el aguijón como un caracol de color marrón y los ojos verdes. Para derrotarlos me convierto en fantasma y volando paso encima de ellos. Cuando salí, me di contra una puerta y vi que era la tercera. La puerta se echó hacia atrás y un monstruo salió del suelo. Le vi la cara, estaba muy serio, con un ojo y una ceja hacia abajo. Tiré una flecha para despistarlo, pero detrás de la puerta había un enorme agujero negro y con magia hago un enorme tapón y lo pongo encima. Corriendo voy a la cuarta puerta, al acercarme suena una música y al oírla, mis ojos se van cerrando poco a poco. Intento pensar en una música diferente y así no me duermo. Cuando lo consigo voy a por la quinta puerta pero no la encuentro y voy en busca de la sexta pero me doy cuenta de que delante hay un rebaño de cabras riéndose a carcajadas. Para conseguir pasar tengo que hacer que lloren todas, entonces les cuento una historia de pena y así lloran y consigo pasar por la puerta y llego a un pasillo oscuro pero hay un interruptor y enciendo la luz y de repente veo la puerta de la cámara del tesoro. Cuando abro la puerta veo que hay un montón de cosas y COJO UNA MÁQUINA DE LA QUE SE PUEDE SACAR SALUD. Para salir de allí había que pasar de un pasillo que tenía piedras azules y de fuego. Cogí unas cuantas para llevarme y muy contenta me fui a mi casa.


ARIANNA 4ºB

lunes, 30 de marzo de 2009

LAS SIETE PUERTAS (EL CUENTO DE MIGUEL)


Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de pruebas que vencer para llegar a la cámara del tesoro.

Delante me encontré un guerrero gigante de madera y muy rápido, tenía la cabeza con pinchos y las manos muy elásticas. Para librarme de él, saqué mi vrita mágica y le convertí en muy pequeño, le metí en un saco y atravesé la primera puerta. Me quedaban seis para llegar a la cámara del tesoro.

Seguí hacia delante y me encontré dos escorpiones venenosos delante de la segunda puerta. Para pasar me convertí en una planta venenosa y muy rápida, tanto que les mordí a los dos escorpiones que se envenenaron un poco porque mi veneno era más fuerte.

Di unos pasos y vi la tercera puerta. En ella estaba el monstruo más serio y más grande y para deshacerme de él , le convierto en muy pequeño y puedo pasar por la puerta.

Sigo adelante y en la cuarta puerta suena una música que te adormece y para poder pasar, me pongo me mp3 muy alto y paso.

Llego a la quinta puerta. Hay un árbol cuyas ramas te van aprisionando y te impiden avanzar, pero yo las esquivo con mucha rapidez. La puerta es invisible y hay un agujero negro. Para pasarlo me convierto en un cohete y lo salto. Me queda otra puerta donde hay un rebaño de ovejas que rien y rien y para que me dejen pasar tengo que hacer que lloren, entonces les doy miedo porque me convierto en un monstruo y las asusto y paso.

¡Bien, ya he llegado a la cámara del tesoro! Y en la cámara del tesoro hay todo lo que quiera pero solo puedo coger una cosa y lo que cojo es ser EL MEJOR DEPORTISTA DEL MUNDO.


Miguel- 4º B